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¿Cómo el paso por la enfermedad y su proceso traumático puede convertirse en una exposición y en casi el leif motive de tu vida?

Pues eso es justamente lo que me ha sucedido a mí.

La búsqueda de recursos para poder entender lo que me había transformado fue básicamente lo que me condujo a poder representar de una manera artística mi proceso por el cáncer de mama; y haciendo uso de mis habilidades y formación sin pensar mucho, me dispuse a experimentar con la fotografía. Yo soy de formación y profesión escultora, licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona. Este era el eje de mi vida hasta que el primer diagnóstico irrumpió en mi y de la noche al día mis prioridades cambiaron. Entonces fue cuándo descubrí la que ahora es una de mis grandes pasiones, la bici; y en cambio el arte y la escultura pasaron a ser secundarios. Ya no necesitaba de la creación, sí de una nueva herramienta que me permitiera hacer frente al golpe que estaba sufriendo, y el deporte pasó a ser este gran y maravilloso recurso.

Abandoné la creación propia y una vez pasado el primer proceso de tratamiento volví al trabajo pero ya de otra forma. Sólo recibía encargos, trabajos que no suponían una plasmación más interior, trabajos que puramente se basaban en la maestría y el oficio. Abandoné exposiciones también.

Y llegó el segundo diagnóstico y con él la extirpación y reconstrucción de mis mamas, el duro proceso de cambio de mi físico y también de mi persona. Y aquí fue cuando ya abandoné por completo cualquier práctica artística, al contrario de lo que pasó con la bicicleta; que continuó siendo el salvavidas al que me aferraba y que tanto me ayudaba.

Pero una es creativa por naturaleza, y gracias al impulso recibido por mis médicos, al cabo de año y medio me hice las primeras fotos; mi primera mirada ante el espejo, en pleno proceso de reconstrucción. Un tatuaje de henna fue la excusa.

De mi escote volvía a surgir belleza y esto fue lo que me motivó a continuar con las fotos. Gracias a la colaboración de dos amigos Jordi Serra y Helena Pielias; me brindaron la posibilidad de repetir sesiones y el resultado fue espectacular. Tanto gustó que no concebíamos el hecho de guardarnos todo ese material. Y fue así como el proyecto Identidad Esculpida cogió forma de exposición y de conferencia; uniendo la representación plástica a un proceso vivido de crecimiento personal a raíz de la escultura, enfermedad y la bicicleta. Un proceso transformador al que supe darle un giro en positivo y que se ha convertido en el uso de mi experiencia hacia otras personas en una situación como la mía y que va en la dirección de poder cambiar sensibilidades i pautas respecto al tratamiento de enfermedades oncológicas y el deporte.

La exposición y el proyecto ha contado y cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Castellar del Vallès, Generalitat de Cataluña, Cofidis y con un numeroso grupo de patrocinios que apoyan el trabajo que se realiza, entre los que se ha sumado Kronos.

La exposición podrá verse del 17 al 31 de Mayo en Mataró y próximamente en Rubí y Terrassa.