Pere Fortuño


¡Lo conseguí!


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Hola amigos y amigas, ni que decir tiene lo feliz que me siento. He sido capaz de conseguir acabar el reto deportivo más grande que jamás me había propuesto. Me siento feliz por mí y por toda la gente que me seguís.

Ha sido un fin de semana espectacular en Salou. Llegamos el sábado, día antes de la carrera. Nos instalamos en el hotel y fuimos a buscar los dorsales y dar una vueltita por los stands montados. Comida y descanso por la tarde y sobre las 18 horas dejaba la bicicleta en boxes y las bolsas de las transiciones, en carreras de éste tipo, se deja todo el día antes. Y para acabar el sábado, cena con el equipo para ver la final de la copa del Rey y a dormir.

Llegó el día de la carrera, empezó muy temprano. El despertador sonó a las 4:30 de la mañana, me preparé un poquito y a desayunar. Desayuno ligero pero bien compensado. Luego tocaba visita a boxes para dejar botes de bebida en la bici, geles e hinchar las ruedas. Ya eran las 6:15 y las ganas de empezar ya asomaban como el sol.
Vuelta al hotel y a vestirme ya para la ocasión, buuuuf, ya estaba aquí…

Sobre las 7 h de la mañana ya estaba en la playa, ambientazo, amigos, atletas, familia, nervios… Tocaba toma de contacto con el agua y calentar un poco, ya no había marcha atrás.

7:55 era mi hora

Entré al agua con nervios, pero pronto me sentí bien. Cogí mi ritmo pronto y eso me relajó bastante. Por delante 1.900m de las maravillosas aguas del Mediterráneo. En 31 minutos salía del agua contento por las sensaciones. Con toda la calma del mundo me dirigí a la primera transición, bolsita de bici y a vestirme para la ocasión.
Cogí mi flaquita y a pasear 90 km de nada. Cabeza abajo, piernas ¡¡¡y para delante!!!

Primero rodando un poco por Salou y luego autovía de rectas interminables con desniveles, no muy pronunciados pero tampoco plano. La verdad que disfruté bastante en el tramo de bici, rodando bien, hidratando bien y tostándome al solete. Fueron 3 horas de pedaleo a un buen ritmo.
Dejamos la bici en boxes y ¡a correr que toca!

Después de la palicilla que llevaba, aún me faltaban los 21 km de la media maratón. El sol picaba bastante y el cansancio empezaba a hacer acto de presencia.
Además, por mi peso, lo de correr es lo que peor se me da. Pero bueno, puse hilo a la aguja y marqué un ritmo suave que me permitiera acabar la carrera. La media salió por debajo de 7 minutos el km, la cual cosa me alegró porque pensaba que me iba a costar más. De las 6horas30minutos que tenía calculado tardar, fue casi media hora menos. Aunque eso fue lo de menos. Lo importante fue terminar, atravesar la meta y cumplir mi sueño y demostrar que ese gordito mórbido que había hace 4 años, era capaz de superar las mil y una y terminar una de las pruebas combinadas más duras que existen.

Y con esto y un bizcocho, ¡hasta el próximo reto se ha dicho!

Gracias amigos.