Arantxa Suau


Un mundo paralelo


Galería

Una persona que no corra piensa probablemente que esto del running es ponerse unas zapatillas y salir a correr… ¡Ay! Qué gran error…

Eso, quizás, encaja más con el «footing» de aquellos tiempos en que veíamos a Eva Nasarre o Jane Fonda en vídeos de aerobic… Pero yo me subí al carro hace tres años y pico y ahora, que somos «runners» se nos abre un mundo paralelo, que antes era totalmente desconocido para mí…

Te vas a comparar unas bambas… para asfalto, montaña, de triatlón, de pista… Neutra, pronadora, supinadora… Voladora, para entrenos… Amortiguada, minimalista… ¡Uff! ¡Qué alguien me ayude! De verdad, la ayuda de un experto es fundamental. Lo mejor es dejarse aconsejar en alguna tienda especializada, pues llevar el calzado más adecuado a nuestras características es básico para evitar lesiones.

Vale, ya tenemos bambas… Pero no correremos con una camiseta de esas de algodón, pillada al vuelo del cajón de los pijamas, ¡noooooo! También aquí hay prendas para runners… Camisetas técnicas súper ligeras, que expelen el sudor, con o sin compresión, de tirantes, manga corta, manga larga, primera capa, segunda capa… Mallas cortas, piratas, shorts… Normales, térmicas… Y, mochilas, bidones, cinturones, portallaves y demás, frontales, brazaletes para el móvil… Bueno, ¡parece que ya estamos equipados para salir a correr!

Pues va a ser que no… Cómo vamos a ir a ciegas, sin saber cuánto corremos, qué distancia (noooo, no vale eso de decir he corrido 6 manzanas), a qué ritmo, con qué desnivel… sin saber cuántas calorías hemos quemado y cómo iban las pulsaciones, locas o loquísimas. Así que nos dejamos otro pellizco en un buen reloj con un GPS y su pulsómetro…

Y, de camino a la caja, con las bambas, las distintas piezas de ropa y complementes, el GPS… Vemos de reojo una zona dedicada a los geles. No, no vamos a encontrar Fa, Moussel o similares… Son el «doping» permituido al corredor popular, para esos momentos de pájara, para no desfallecer, así que, por si acaso pillamos un par, ahora sí, con la tarjeta de crédito temblando, ya podemos salir a correr.